Kass Morgan

Tenía la sensación de estar viendo un fantasma, el espectro del chico al que había entregado su corazón como una tonta.

Últimas noticias, niño bonito —Bellamy le guiñó un ojo—. Aquí todos somos criminales

La chica que creía perdida seguía allí, en alguna parte, y en aquel instante lo supo: conseguiría que volviera a amarle.

Wells nunca había roto una promesa. Era algo que su padre le había inculcado a muy temprana edad: un líder jamás falta a su palabra. Pero al pensar en las lágrimas de Clarke, supo que no tenía elección.

Dio media vuelta y echó a andar hacia el despacho del canciller

Es el problema de los secretos; los llevas contigo por siempre,

Clarke no sabía lo que era la soledad. Las voces acechaban por todas partes. La llamaban desde cada rincón de la oscura celda. Llenaban los silencios entre los latidos de su corazón. Le gritaban desde los más profundos recovecos de la mente.

Clarke no sabía lo que era la soledad. Las voces acechaban por todas partes. La llamaban desde cada rincón de la oscura celda. Llenaban los silencios entre los latidos de su corazón. Le gritaban desde los más profundos recovecos de la mente. No quería morir, pero si tenía que perder la vida para silenciar aquellas voces, estaba lista.

quería morir, pero si tenía que perder la vida para silenciar aquellas voces, estaba lista.

quería morir, pero si tenía que perder la vida para silenciar aquellas voces, estaba lista.

vamos a evacuar el centro de detención. Cien afortunados delincuentes van a tener la oportunidad de hacer historia —esbozó apenas una sonrisa de suficiencia—. Vas a viajar a la Tierra.