Citat
siempre me defendía y yo la defendía a ella. Era una especie de pacto, no amistad; era un pacto de marginadas. A mí me chingaban por naca, y a ella, que por puta
A mí la tristeza ya me arrastró. Es más, a veces siento que la tristeza soy yo.
Estudio en una Universidad del Opus Dei y, aunque tengo amigas, ninguna de ellas está a favor del aborto, a menos que implique programarlo en Houston y que luego del alta del hospital nos vayamos de compras a un mall.
Y esto, ahora mismo, ya ni se puede...
Intryck
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Una no entiende dónde está parada, hasta que logra visualizar sus alrededores. Dahlia de la Cerda ha logrado eso, de manera personal, con estos ensayos, que ponen en perspectiva nuestro lugar en el mundo como hembras, cómo mujeres, cómo cuerpos gestantes y menstruantes. Una lectura imperdible para todxs quienes queremos ser participes del feminismo actual
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