Fascinado por los instrumentos científicos, las mediciones y las observaciones, además se dejaba llevar por el asombro. Era necesario medir y analizar la naturaleza, por supuesto, pero también pensaba que nuestra reacción ante el mundo tenía que depender en gran parte de las sensaciones y las emociones. Quería despertar el «amor a la naturaleza»[11]. En una época en la que otros científicos buscaban leyes universales, Humboldt escribía que la naturaleza había que experimentarla a través de los sentimientos[12