Creo que cada poema es un mundo. Un mundo y aparte. Un territorio cercado, al que no deben penetrar los totalmente indocumentados, los huecos, los desapasionados, los censores, los líricamente desmadrados.
tanhar citerati fjol
endureciendo los instantes, viendo caer silencios
tanhar citerati fjol
a que ignora las auroras lechosas, los días en que se palpa el tedio y el deseo es como vaho de agonizante
tanhar citerati fjol
Aquí desconocemos las flautas y las máscaras, y se encuentra perdida entre limones muertos la burbuja plateada y sin sentido de lo que allá entre las prostitutas y los andróginos se llama adolescencia.
tanhar citerati fjol
Desnúdate si quieres de todo lo que arrastras de ciudad y jardín, porque aquí no hacen falta los pájaros ni las avenidas del brillo y de los senos sostenidos.
tanhar citerati fjol
Y nuestra carne, esta maciza y blanda carne de nosotros en la que finos y desenfrenados destellos de violetas se ahogan, ahogándonos el tiempo que nos urge, hiriendo con astillas de roble aquella soberana soledad que ignoramos ahora.
tanhar citerati fjol
en verdad no nos alcanza el sentimiento para gritar debidamente en contra del recuerdo
tanhar citerati fjol
camino en silencio por donde lloran piedras que quieren ser palomas, o estrellas, o canarios: voy por entre campanas.
tanhar citerati fjol
Yo camino buscando tu sonrisa de fiesta, tu azul melancolía, tu garganta morena y esa voz de cuchillo que domina mis nervios
tanhar citerati fjol
Estoy sin juventud, dolido, inexplicable como fiebre en el mármol o rosa desteñida, con las manos abiertas a la dicha del mundo y una quietud mortal en el alma quemada