De entre todas mis memorias y lecturas no logré recordar nada semejante, ni una sola situación que pudiera equipararse a la mía en aquella tibia noche de otoño.
Kary Lorenzohar citerati fjol
Casi nadie la recordaba; era lo cierto. Y por eso moría.
Kary Lorenzohar citerati fjol
aquellos cajones grises, blancos o negros, que tanto asustan a los hombres
Kary Lorenzohar citerati fjol
Mientras permanecemos en el almacén somos célibes. Sin embargo, estamos fatalmente destinados al matrimonio; es decir, a lo que en el mundo común y corriente se designa con otro nombre estúpido: el entierro. Semejante acontecimiento es el más importante de nuestra vida, y de ahí que meditemos tan a menudo acerca del cónyuge que nos deparará la suerte.
Kary Lorenzohar citerati fjol
Nadie se mantenía ecuánime en mi presencia, cual si yo fuera una especie de monstruo, culpable de la muerte de los hombres.
Kary Lorenzohar citerati fjol
Y lo veo morir y no puedo impedirlo porque soy un perro.
Kary Lorenzohar citerati fjol
Pero soy perro, y, aunque nuestra alma es infinita, no puedo sino arrimarme al amo, mover la cola o las orejas, y mirarlo con mis ojos estúpidos, repletos de lágrimas.
Kary Lorenzohar citerati fjol
Quisiera al menos hablarle, consolarle, pues sé que aunque es muy desgraciado, ama la vida, las cosas bellas y claras, el agua, los árboles…
Kary Lorenzohar citerati fjol
“¿Qué podría yo hacer para ayudar a este hombre?”, me preguntaba continuamente.
Y esta alma buena que llevamos todos los perros dentro me aconsejó al instante: “Seguirlo siempre a donde vaya”.
Kary Lorenzohar citerati fjol
Tu perro, en cambio, no tiene a nadie sino a ti. Ningunos ojos lo miran, que los tuyos; nadie le sonríe, sino tú; sólo tu calor le alivia; a nadie sigue, sino a ti.