Yo no era única. No era especial. Era un cuerpo, uno que requería reparación, aunque en este mundo somos muchos los que vivimos en unos cuerpos que en realidad son absolutamente humanos.
Sentirme cómoda en mi cuerpo no tiene que ver exclusivamente con estándares de belleza. Tiene que ver con cómo siento mi piel y mis huesos, de un día para otro.
He tratado de amar o, cuando menos, tolerar este cuerpo en un mundo que únicamente muestra desprecio por él. He tratado de superar el trauma que me impulsó a crear este cuerpo. He tratado de amar y de ser amada