Libro De Su Vida

Ocupar las potencias del alma3 y pensar en aquietarlas es desatino.

Él sin agua sustenta las flores y hace crecer las virtudes.

Antes había sentido de forma muy continuada una ternura, que en parte algo de ella me parece se puede procurar: un regalo que ni bien es todo sensual ni tampoco espiritual.

Yo suplicaba ayuda al Señor, mas ahora creo que me faltaba abandonarme del todo a su confianza, y perder toda la confianza que yo me tenía.

Cuando sentía algún contento mundano, me ponía triste cuando me acordaba de Dios; cuando estaba con Dios, las aficiones del mundo me provocaban desasosiego.

Porque son ya tan escasas las cosas del servicio de Dios, que es necesario que aquellos que le sirven se arrimen hombro con hombro para avanzar, en el grado en el que todavía se muevan entre las vanidades y contentos del mundo.

Porque para caer tenía muchos amigos que me podían ayudar, pero para levantarme me encontraba tan sola, que ahora me sorprendo de que no estuviera siempre caída, y alabo la misericordia de Dios, que era el único que me tendía la mano.

Como después yo empecé a distraerme tanto y fui abandonando la oración, me daba remordimiento no desengañarle de mi estado, porque llegué a estar más de un año sin tener oración, creyendo que era por humildad. Y ésta, como después diré, fue la mayor tentación que tuve, tanto que por ella me iba a acabar de perder.

a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas, y que el Señor quiere que comprendamos que así como le fue ligado en la tierra con el nombre de padre y que, siendo su tutor, le podía mandar, así en el cielo sigue haciendo cuanto le pide.

Mi intención era buena, pero la acción era mala, pues por hacer un bien -por grande que este sea-, no hay que hacer ni un pequeño mal.