En 1910, el argentino Manuel Ugarte, que insiste en el término “La Patria Grande”, escribe:
Pero, mi patria, ¿es acaso el barrio en que vivo, la casa en que me alojo, la habitación en que duermo? ¿No tenemos más bandera que la sombra del campanario? Yo conservo fervorosamente el culto del país en que he nacido, pero mi patria superior es el conjunto de ideas, de recuerdos, de costumbres, de orientaciones y de esperanzas que los hombres del mismo origen, nacidos en la misma revolución articulan en el mismo continente, con la ayuda de la misma lengua.