A pesar de su juventud, Clay Carter ve su futuro con cierto cinismo. Hace años que ejerce de abogado de oficio y la situación no parece que vaya a cambiar. De ahí su resignación al abordar un nuevo caso que promete ser como tantos otros: debe defender a un adolescente acusado de asesinato, un hecho corriente en la ciudad de Washington. Sin embargo, cuando Clay empieza a indagar en el pasado de su cliente, se entera de que éste se hallaba bajos los efectos de un fármaco en fase de experimentación.