Bandi

Con un poco de ayuda del destino seremos capaces de empezar una nueva vida. De lo contrario, solo deseamos que nuestro barco sacudido por el oleaje se convierta en el símbolo de la condena de este país, que no es más que un desierto yermo y sin esperanza.

Eso todavía lo enoja más. No es la oficina la que da calor a los hombres, sino los hombres los que calientan la oficina.

. ¡Eres dócil como un cordero! Parece que te hubieran entrenado desde la infancia. No puedes ser tan obediente en un mundo así.

—¡Pero tú eres igual, Yeong-ho! ¿Cómo habrías sobrevivido en un mundo como este si no te hubiesen amansado?